La Mujer Pacman
La 'mujer pacman' o también conocida por su verdadero nombre, Alejandra Ico Chub, fue una joven guatemalteca que sufrió una de las peores muertes en 2018, cuando su pareja la atacó con un machete en un ataque de celos.
El momento quedó registrado en un video cuando los vecinos al escuchar los gritos de dolor de Ico Chub, llegaron a su vivienda y grabaron el estado en que había terminado la joven que se encontraba agonizando.
El hecho ocurrió el 29 de octubre de 2018 en la aldea de la Isla del Norte en San Miguel a 45 minutos de la cabecera municipal de Chisec, Alta Verapaz en Guatemala, donde en altas horas de la noche las personas que vivían por la zona escucharon los gritos de dolor de Alejandra
Alejandra vivía con su pareja, Mario Tut Ical, quien fue determinado como el autor del crimen por las autoridades.
En la casa habían cantidades masivas de sangre que parecían provenía de Ico Chub, según revelaban los testigos de la escena que ingresaron a la humilde vivienda.
¿Cómo fueron los hechos?
Según las declaraciones del mismo victimario, Tut Ical actuó por un ataque de celos, ya que su pareja le comentó que iría a la casa de su hermana, cuando tiempo después la vio saliendo de un camión y asumió que le había sido infiel.
"Yo estaba bravo", expresó Tut Ica ante las autoridades cuando fue arrestado.
Después del hecho, el sospechoso huyó y fue capturado cuatro días después mientras escapaba de la justicia en la aldea 'Las Muñecas' en Quiché rumbo a México.
Una vez capturado, el hombre fue acusado de feminicidio en Guatemala, cuya legislación establece que recibe una pena entre los 25 y 50 años de prisión.
Alejandra fue atacada por su pareja con un machete en el rostro lo que casi deja la cara completamente partida de ahí proviene el apodo de "la mujer Pacman"
Además de darle un machetazo en la cara, el hombre le quitó las manos y la descuartizó.
A pesar de las graves heridas que recibió, los vecinos llegaron a la escena y la joven aún seguía con vida, por lo que agonizó alrededor de 30 minutos antes de perecer por la gravedad de sus heridas.